Una de las tantas cosas que hice para levantarme minas
fue un curso de teatro en el centro cultural rojas.
De profesora me tocó Andrea Garrote,
¿la tienen aunque sea de nombre?
Igual eso no importa.
Les decía: en ese curso aprendí a rascarme la parte de arriba de la lengua con el filo de los dientes para producir mucha saliva y así babear o escupir tupido.
No sé exactamente cómo lo aprendí.
Pero la técnica no me la olvido más.
En ese momento me vino al pelo para interpretar un personaje que solamente se babeaba, copiosamente.
3 comentarios:
Hola, agradezco tu comentario en mi blog.
Ahora entiendo porqué los actores escupen tanto en el teatro. Jeje
¿qué tal habilitar seguidores?
Saludos. M
A mi siempre me sale una lluvia de saliva. No logro mantenerla junta cual bola, salvo que venga con gallo. Ahí sí, alto misil.
Hola Nico:que bueno poder tener tu arte en otra forma. Seguire este blog puntillosamente, saludos, Mauro Voglino
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